Últimamente están llegando a la tienda antiguas botellas de farmacia, frascos de todos los tamaños, procedentes de antiguas boticas desmanteladas tanto de España como de Francia. Estos recipientes tienen un encanto especial, algunos mantienen sus etiquetas originales algo desgastadas por el paso del tiempo y sus fórmulas físicas de medicamentos y venenos, más o menos legibles, contrastan con el cristal ámbar o transparente que las caracteriza. Otras llegan sin etiqueta, pero sus tapones, corchos, colores y formas variopintas las convierten en productos llenos de autenticidad, dignos del interés de coleccionistas o de cualquier amante de la decoración en general.
Quizás sea por eso o por la variedad de fines para los que se pueden destinar, por lo que estas botellas se han convertido en objeto de deseo para negocios y hogares de todos los tipos. Desde restaurantes mexicanos que utilizan la versión de mayor tamaño para llenar paredes enteras, como clientes que las quieren para utilizarlas como jarrones, botes de algodón, recipientes para galletas, o que simplemente las emplean como adorno en sus hogares.
De cualquier manera, en el Trastero Universal nos encanta contar siempre con este tipo de género que se renueva constantemente y que se puede destinar a usos tan diversos. A nosotros nos encantan y en casa los usamos como jarrones para los girasoles. Si tienes nuevas ideas de cómo emplear las botellas de farmacia, ¡nos encantará leerlas!
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