Es un hecho que para más de uno el café es un elemento fundamental en el día a día. Y no sólo para despertar por la mañana, el olor del café recién salido de la cafetera nos hace sentir bien. Tanto es así, que hasta los mejores vendedores de viviendas emplean el truco de esta bebida recién hecha para que los futuros compradores se sientan en casa desde el primer momento.
Desde el siglo XVII existen en Europa los molinillos de café. Los ha habido de diferentes formas, colores y tamaños y durante cientos de años se convirtieron en un elemento imprescindible en nuestras cocinas y las de nuestros vecinos europeos. Después de décadas en el olvido, los molinillos de café vuelven con más fuerza que nunca y lo hacen para quedarse. Nuestras encimeras, baldas y alacenas ya les han hecho un hueco porque los molinillos se han convertido en una de las piezas decorativas de la temporada para todos los bolsillos.
En el Trastero Universal recibimos todas las semanas nuevos molinillos de café y vemos que clientes de todo tipo no pueden resistirse a poner ese toque rústico y vintage en sus vidas y sus cocinas, porque los molinillos nos recuerdan al café, a su olor y a nuestra historia y eso nos hace sentir como en casa que es de lo que se trata cuando hablamos de la decoración del hogar. 
El Trastero Universal 
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